Como sardinas en lata nos sentimos en el ascensor del Congreso de los Diputados. Los alumnos del Doble Grado de Periodismo y Comunicación Audiovisual de la UFPC vivímos el trayecto más surrealista que jamás imaginamos.
Aquello parecía más un montacargas que un ascensor, de grandes dimensiones como si estuviera pensando para ser un lugar más donde hacer “política de pasillo”. Partimos de la primera planta entrando todo el grupo sin problemas, entre risas hasta que el silencio se hizo en la primera parada. Para nuestra sorpresa, se abren las puertas del ascensor y ahí estaban ¡Mariano Rajoy y Pablo Iglesias! como dos amigos de toda la vida. Hablando de manera muy natural, no sé si por educación o porque se querían apuntar a aquel viaje en ascensor en el que podían encontrar posibles votos entre unos alumnos entusiasmados por todo aquello que estaban viviendo.
Y como no éramos pocos en aquel cardumen; 16 pececillos y 2 tiburones. En la segunda planta nos esperaban Albert Rivera y Celia Villalobos eran los siguientes pasajeros en sumarse al trayecto.
Solo quedaba una planta para nuestro destino, y por un momento pensé que el siguiente sería Iñigo Errejón, y que nos quedaríamos encerrados como le sucedió a él. ¿Qué más podría pasar?, ¿se formaría un debate?, ¿descubriríamos que todos son amigos? ¿tendré alguna exclusiva que contar? Un silencio inquietante, arrollador e incluso incómodo se apoderó de todo aquello mientras salíamos, ya habíamos llegado a nuestro destino. Fue entonces cuando se empezó a escuchar una melodía… no sabía bien de dónde venía, sólo podía reconocer que era la del Candy Crush, y curiosamente venía de la Tablet de la mismísima Villalobos.
Lo que tenía que ser un trayecto normal en ascensor se convirtió en una aventura digna de recordar. Y es que todo aquello me recordaba al Capitolio de Los juegos del hambre. Alto standing, mucho protocolo, barriles de cerveza saliendo de los ascensores, políticos… Una fiesta que todos pagamos, pero que a la que no estamos invitados.
Jorge Sánchez Melián. Estudiante Doble Grado Periodismo y Comunicación Audiovisual.
La Voz de la UFPC 