«Me siento discriminada, desmotivada y frustrada en el colegio en el que trabajo»

Hace más de veinte años Gema del Rosario Silva Reyes aprobó las oposiciones en Educación Infantil y Primaria y conseguía su plaza como docente. Su destino: un colegio en el norte de Gran Canaria. Gema veía cumplido su gran sueño por el que llevaba estudiando mucho tiempo. Ya han pasado 20 años de ese día que nunca olvidará. Y aún sigue en el centro de enseñanza pública trabajando. Para Gema, su trabajo es su vida. Y nunca imaginó por lo que está pasando ahora. Todos estos años han sido muy productivos para ella. Hasta que este curso giraría su fortuna.

Gema solicitó la reducción de jornada que le pertenecía por los años trabajados. Algo que nos asegura que el director del centro se lo negó porque le faltaban meses para cumplir los 59 años que debía tener. Algo que ella reclamó porque estaba en su año y era uno de sus derechos laborales para este curso.

Con lágrimas en los ojos cuando lo cuenta, nos asegura que se siente discriminada, «desmotivada y frustrada con el equipo de inspección y sobretodo con mi director, ya que él también cuenta con el descuento”. Un descuento que consiste en trabajar tres horas menos con los alumnos y en su lugar dedicarlas a otras tareas en el centro.

Cansada de negación tras negación pasó a la vía jurídica. Durante meses presentó recursos que no obtenían ninguna respuesta.

Gema contrataste a un abogado para que te llevara este asunto, ¿pero se encontró con algunos impedimentos?

“Sí, él fue el que descubrió que los documentos que presentamos en la dirección territorial, de los que nunca obtuve respuesta estaban guardados en un cajón.”

Tras cuatro meses de espera a una respuesta, encontraron los documentos en un cajón, ¿y fue entonces cuándo llegó la respuesta?

“Sí, me llegó la primera respuesta del inspector de la zona desestimando el recurso de alzada con unos argumentos que no me convencieron, es más, me parecieron totalmente absurdos. Las razones que me han dado me indignan porque faltan a la verdad jurídica”.

Mientras la situación de Gema sigue igual, cinco de sus compañeros sí que disfrutan de este derecho en su área de trabajo. Algo que refuerza su frustración, que ve que este curso seguirá haciendo horas de más que ya no le corresponden en el centro de enseñanza donde ha pasado más de la mitad de su vida.

Estudiante Doble Grado Periodismo y Comunicación Audiovisual.

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