Con estas palabras Miguel Ángel Ramírez daba comienzo la temporada más desastrosa de los últimos años. Faltan 4 jornadas de liga y el equipo ya es matemáticamente equipo de la Liga 123. Además, la imagen del club queda muy tocada. En el último partido de liga ante el Alavés, los pocos valientes que acudieron al estadio a animar al conjunto canario, mostraron su enorme enfado ante el máximo mandatario con pancartas alegando que eran tratados “como visitantes”. Ni siquiera los jugadores ni el entrenador jugaron con la esperanza de luchar hasta el final.
A pesar de esta lamentable imagen demostrada por el club que, recordemos que hace un año peleaba y soñaba con estar en Europa, tienen unos antecedentes mucho mayores. Desde antes de las declaraciones de Ramírez. Como bien se ha comentado durante toda la temporada, la planificación deportiva ha sido un completo desastre. Para cualquier aficionado la idea de romper la columna vertebral del equipo, Boateng, Roque Mesa y Jonathan Viera no tiene ni pies ni cabeza. Y en su lugar, llegaron jugadores de un nivel dudoso y con serias sospechas de haber comisiones aparte.
No todo es culpa de los jugadores. La cantidad de entrenadores en apenas 8 meses relatan el nefasto año del equipo. 4 entrenadores que no han sabido dar con la tecla. Si es que la hay. Y quien parecía el mejor preparado y el salvador, Paco Jémez, ha tenido peor balance que los otros tres entrenadores. Poca autocritica de un entrenador con aires de Guardiola y que no supo sacar el rendimiento del conjunto canario y que se anota otro descenso en su historial.
Y para terminar, la guinda del proyecto, Miguel Ángel Ramírez y su dirección deportiva. Mala planificación de plantilla, malos fichajes y posibles comisiones, chanchullos y una no dimisión muy reclamada. Recientemente se ha conocido que volvió de Miami tras una orden de busca y captura. Lo dicho, un total caos. Creo que la dimisión es una decisión más que justa. Nada de vender el club a inversores chinos. No queremos el dinero de fuera, queremos un propietario que tenga amor por el club, que utilice los millones recibidos por la venta de los mejores jugadores y que devuelva al club donde se merece estar, en la mejor liga del mundo.
Jorge García Peña.